lunes
17 AgoEl Big data contra el coronavirus
La pandemia provocada por la COVID-19 está dejando claro cómo la tecnología puede marcar la diferencia a la hora de atacar a este virus. Países como China o Corea del Sur que han digitalizado la gestión sanitaria gracias al big data están consiguiendo frenar mejor la pandemia. Por otro lado, la descoordinación en Estados Unidos y América del Sur de los actores involucrados en el almacenamiento y la explotación de datos, están impidiendo atajar la crisis con esta eficiencia.
Las primeras medidas que se tomaron para frenar la pandemia del virus (cierre de espacios públicos, confinamiento, campañas de sensibilización, etc.), pronto se vieron que eran totalmente insuficientes.
Al poco tiempo la cifra de afectados empezó a aumentar en todo el mundo, y la decisión de cada gobierno ha influido en la contención del coronavirus con mayor o menor éxito. Los gobiernos que recurrieron a medidas como el uso del big data, han conseguido mayores réditos. Las países que han tenido la capacidad de implementar medidas basadas en el big data, han tenido que recurrir menos a medidas extraordinarias, como el confinamiento total o el cierre de la actividad económica, como se hizo en países como España, Reino Unido o Estados Unidos, con el resultado que ya conocemos.
Países asiáticos como China, Corea del Sur o Taiwán donde se empezó a utilizar el análisis de datos para contener el avance del virus, han tenido en apariencia más éxito a la hora de frenar su expansión.
Ahora bien, este tipo de actuaciones tiene como siempre una vertiente moral que a veces es complicada. El uso de los datos personales siempre genera un debate ético en torno al derecho a la privacidad que tenemos todos los ciudadanos. La pregunta es si estamos dispuestos a tener en nuestro móvil una app que permita a nuestro gobierno rastrear nuestros movimientos y almacenar datos sobre nuestra vida cotidiana a cambio de estar más seguros. Pues aunque la respuesta parezca obvia, sorprende la cantidad de personal que son reacias; incluso cuando estos datos son anónimos.
Las oportunidades que nos brinda la tecnología son numerosas, no solo a la hora de hacer frente a una pandemia como la provocada por el coronavirus, sino también en otros campos científicos como la ingeniería, la medicina o la lucha contra el cambio climático. Este debate sobre la privacidad es en realidad la prolongación de otro debate mucho más antiguo: el que contrapone las libertades individuales y el derecho a la la privacidad con la seguridad y el bienestar colectivos.
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